El desempeño de una organización es la sumatoria del desempeño de sus procesos. Todas las variables de medición de desempeño, ya bien sea de calidad, financieras, de capacidad o producción, de tiempo, de riesgo, o cualquier otra, ocurren dentro del contexto de los procesos. Las actividades ejecutadas por las personas y las máquinas ocurren dentro de exactamente el mismo contexto. Y el desempeño de cualquier proceso es idéntico a la sumatoria del desempeño de las actividades de las cuales está constituido. Como resultado podemos analizar, crear, entender y administrar el desempeño. Cualquier otro marco de referencia de medición que se utilice, como ISO, Six Sigma, Costeo basado en actividades, Valor económico agregado, y plataformas genéricas como Balanced Scorecard o Gerencia basada en el valor, pueden ser inmediatamente incorporadas o reflejadas.
El ambiente actual de negocios es más turbulento e incierto como se puede apreciar en los titulares y noticias de los diarios financieros y de información general en todo el mundo. Los ejecutivos no ven claro cómo mantener la rentabilidad y el crecimiento cuando está confrontado con mercados caóticos, economías en descenso, competencia desesperada, clientes impacientes y exigentes, y una vida más corta, mucho más corta, de cualquier iniciativa de negocios que emprendan.
¿Por qué se debe usted administrar activamente los procesos? Los procesos son los mecanismos a través de los cuales se realiza todo el trabajo en una organización.
La mayoría de los procesos han sido “remendados” y evolucionaron en respuesta a nuevas oportunidades y problemas en la medida que estos se presentaban. En la organización típica, los procesos no han sido diseñados con mucho rigor, salvo en algunos casos cuando se trata de procesos de fabricación o sistemas de información.
Los procesos tienden a permanecer como una colección suelta de actividades que se realizan en los departamentos, en donde la gente trabaja duro para compensar las falencias del sistema total.
“Cuando se asigna un buen trabajador a un mal proceso, el proceso siempre gana”. “Las organizaciones que no se administren por procesos serán la excepción y no la regla”.
Los procesos de la organización y sus resultados constituyen la interfase real con sus consumidores. Modelar y analizar los procesos de su negocio le permite desarrollar la organización y mejorar la eficiencia y calidad del trabajo. Administrar los procesos claves eficientemente, es crítico para el éxito de las organizaciones.
Estamos ya convencidos parte del éxito de cualquier organización, radica en el sistema de procesos. Donde se pueda incorporar cambios que el mundo de la globalización y las economías así lo permitan, o a las reacciones hacia la competencia. Pero tener integrado todos los procesos, poder automatizar al máximo los procesos, y lograr un alto grado de inteligencia en los procesos, alcanzar una interoperabilidad con otras organizaciones para las relaciones, harán que las organizaciones tomen un nuevo giro hacia la competitividad. Y es ahí donde la TI toma un papel importante, se convierte en protagonista del cambio revolucionario y redefine el concepto real de “ser competitivo”.
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sábado, 19 de abril de 2008
El mundo de la informaciçon: la razón de ser de la TI en las organizaciones
Los gurús de la administración suelen inventarse una palabra nueva cada dos o tres años, para enmarcar el nuevo reto que deben enfrentar con éxito las organizaciones que desean sobrevivir en el mundo globalizado de hoy: administración por objetivos, calidad total, re-ingeniería, administración de las relaciones con los clientes, son unos buenos ejemplos de ello. Luego con el pasar del tiempo, algunos de esos vocablos de moda caen en el olvido, ya sea porque se limitan a enunciar una simple técnica o herramienta puntual que sólo funciona bajo algunas condiciones específicas, o en otros casos, simplemente le están dando un nuevo nombre a viejos principios de negocios que los directores y consultores ya conocen y que han utilizado por años. Sin embargo, existen algunos términos que encierran principios empresariales más profundos y trascienden la barrera del tiempo.
Escuchamos casi a diario frases como: “necesitamos más organizaciones competitivas”, “para exportar se necesita ser más competitivo”, “las PYMEs deben ser más competitivas para sobrevivir”. La competitividad parece invadirnos a través de libros, artículos de prensa, mensajes en la radio y televisión. La escuchamos en forma resaltada en los discursos de líderes políticos, en los eventos empresariales y en los espacios académicos. Lo cual, por su puesto, termina despertando el interés de los empresarios por entender de qué se trata el tema. Podemos responder: ¿qué es la competitividad?, ¿qué implica?, ¿cómo podemos mejorar la competitividad de nuestras organizaciones?
Competitividad. Ese es el nuevo nombre del juego de los negocios, y podemos asegurar que no dejará de ser parte de nuestro diccionario empresarial por muchos años. No es una moda, no es algo pasajero, es el reto más importante que una organización debe superar hoy si desea hablar de éxito en el futuro.
Competitividad es la capacidad que tienen las organizaciones de aprovechar en forma efectiva sus ventajas distintivas (core business) para ser mejores que sus competidores. Hablar de competitividad es hablar de ventajas competitivas, de aquellos factores que nos hacen diferentes a los demás y que nos permitirán ganarles negocios a nuestros competidores, aún cuando imiten nuestros productos. Competitividad es diferenciación, es lo que hace diferente un organización a las demás, y cómo pueden esas diferencias ayudar a ganar más negocios y a ser preferido por los consumidores.
Eficiencia, productividad e inteligencia. Son algunas características que deben tener las organizaciones. Hoy las organizaciones deben medir su capacidad de competencia no sólo con las otras de su entorno regional, sino también a escala nacional, o, si es el caso, mundial.
Si se exporta, se tiene relaciones con el exterior o simplemente compite con productos importados, deberá medir su grado de competitividad bajo dos tipos de factores principales:
Los factores macro, son los factores externos a la organización que afectan su competitividad: seguridad, infraestructura nacional, la regulación empresarial, tarifas de impuestos, educación promedio de los trabajadores, el entorno macroeconómico.
Los factores micro, son los factores internos de la empresa que afectan su competitividad: procesos de gestión, procesos productivos, grado de apresión tecnológica, costos de materia prima, nivel de partes defectuosas, y en general todas las relaciones internas de la organización que afectan su competitividad.
El desarrollo y progreso, de las dos últimas décadas, se ha conformado teniendo como epicentro un nuevo sistema técnico, que gira entorno a la información; cuatro pilares sostienen dicho sistema: la electrónica, la informática, la telemática y la robótica. La introducción de dichos factores, hizo que se llegara al fin de la era de “las ventajas adquiridas”, y se inició una nueva era la de “las ventajas construidas”; en esta nueva fase, el eje se desplaza de la “existencias de abundantes recursos naturales y mano de obra”, hacia la “posesión del dominio científico y tecnológico, y la capacidad de innovación”.
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Escuchamos casi a diario frases como: “necesitamos más organizaciones competitivas”, “para exportar se necesita ser más competitivo”, “las PYMEs deben ser más competitivas para sobrevivir”. La competitividad parece invadirnos a través de libros, artículos de prensa, mensajes en la radio y televisión. La escuchamos en forma resaltada en los discursos de líderes políticos, en los eventos empresariales y en los espacios académicos. Lo cual, por su puesto, termina despertando el interés de los empresarios por entender de qué se trata el tema. Podemos responder: ¿qué es la competitividad?, ¿qué implica?, ¿cómo podemos mejorar la competitividad de nuestras organizaciones?
Competitividad. Ese es el nuevo nombre del juego de los negocios, y podemos asegurar que no dejará de ser parte de nuestro diccionario empresarial por muchos años. No es una moda, no es algo pasajero, es el reto más importante que una organización debe superar hoy si desea hablar de éxito en el futuro.
Competitividad es la capacidad que tienen las organizaciones de aprovechar en forma efectiva sus ventajas distintivas (core business) para ser mejores que sus competidores. Hablar de competitividad es hablar de ventajas competitivas, de aquellos factores que nos hacen diferentes a los demás y que nos permitirán ganarles negocios a nuestros competidores, aún cuando imiten nuestros productos. Competitividad es diferenciación, es lo que hace diferente un organización a las demás, y cómo pueden esas diferencias ayudar a ganar más negocios y a ser preferido por los consumidores.
Eficiencia, productividad e inteligencia. Son algunas características que deben tener las organizaciones. Hoy las organizaciones deben medir su capacidad de competencia no sólo con las otras de su entorno regional, sino también a escala nacional, o, si es el caso, mundial.
Si se exporta, se tiene relaciones con el exterior o simplemente compite con productos importados, deberá medir su grado de competitividad bajo dos tipos de factores principales:
Los factores macro, son los factores externos a la organización que afectan su competitividad: seguridad, infraestructura nacional, la regulación empresarial, tarifas de impuestos, educación promedio de los trabajadores, el entorno macroeconómico.
Los factores micro, son los factores internos de la empresa que afectan su competitividad: procesos de gestión, procesos productivos, grado de apresión tecnológica, costos de materia prima, nivel de partes defectuosas, y en general todas las relaciones internas de la organización que afectan su competitividad.
El desarrollo y progreso, de las dos últimas décadas, se ha conformado teniendo como epicentro un nuevo sistema técnico, que gira entorno a la información; cuatro pilares sostienen dicho sistema: la electrónica, la informática, la telemática y la robótica. La introducción de dichos factores, hizo que se llegara al fin de la era de “las ventajas adquiridas”, y se inició una nueva era la de “las ventajas construidas”; en esta nueva fase, el eje se desplaza de la “existencias de abundantes recursos naturales y mano de obra”, hacia la “posesión del dominio científico y tecnológico, y la capacidad de innovación”.
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El nuevo mundo: sociedad moderna
Tres grandes revoluciones se han producido en los últimos siglos en la historia de la humanidad: la francesa, la industrial y la tecnológica o de la información; cada una de ellas con sus características distintivas que la diferencian de las restantes. Y es en la última donde las tecnologías se han multiplicado como nunca lo habían realizado anteriormente, de manera que nos encontramos ya no sólo con las que podríamos considerar como tradicionales, sino también con las denominadas nuevas tecnologías, por muchos problemas semánticos que la propia clasificación tenga. De todas estas tecnologías, la de la información y comunicación se han convertido en elemento determinante para la concreción y puesta en acción de este nuevo modelo de sociedad denominado de la información o del conocimiento.
Distintos autores han ofrecido un análisis sobre las características más significativas de esta sociedad de la información, del conocimiento, del aprendizaje, en red, o tercer entorno; veamos un análisis de sus características más significativas:
Globalización de las actividades económicas.
Incremento del consumo y producción masiva de los bienes de consumo.
Sustitución de los sistemas de producción mecánicos, por otros de carácter electrónico y automático.
Modificación de las relaciones de producción, tanto social como desde una posición técnica.
Flexibilización del trabajo e inestabilidad laboral.
Aparición de nuevos sectores laborales, como el dedicado a la información.
Girar en torno a los medios de comunicación y más concretamente alrededor de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, como híbrido resultante de la informática y la telemática. Y como consecuencia de la misma la potenciación de la creación de una infraestructura tecnológica.
Establecimiento de principios de calidad y la búsqueda de una rentabilidad inmediata tanto en los productos como en los resultados, alcanzando las propuestas a todos los niveles: cultural, económico, político y social.
Como se comentó, una de las características significativas de esta sociedad es la de girar en torno a las tecnologías de la información y comunicación, y de ahí precisamente radica uno de sus problemas derivados de la velocidad con que están desarrollándose y transformándose. Vivimos en un mundo donde las tecnologías de la información, nada más que nacer fallecen, y su vida media disminuye progresivamente. Piénsese solamente la transformación que está recibiendo la informática como elemento básico de impulso, junto con las redes telemáticas, de esta nueva sociedad.
Desde la perspectiva de la economía globalizada contemporánea, la sociedad de la información concede a las TIC, el poder de convertirse en los nuevos motores de desarrollo y progreso. Si en la segunda mitad del siglo XX los procesos de industrialización fabriles marcaron la pauta en el desarrollo económico de las sociedades occidentales que operaban bajo una economía de mercado, a principios del siglo XXI, se habla más bien de las “industrias sin chimenea”; es decir, el sector de los servicios, y de manera especial, las industrias de la informática.
Muchos críticos han señalado que la llamada "Sociedad de la Información" no es sino una versión actualizada del imperialismo cultural ejercido desde los países ricos hacia los pobres, especialmente porque se favorecen esquemas de dependencia tecnológica.
Quienes están a favor de la "Sociedad de la Información" sostienen que la incorporación de las TIC en todos los procesos productivos, ciertamente facilitan la inserción a los mercados globales, donde la intensa competencia obliga a reducir costos y a ajustarse de manera casi inmediata a las cambiantes condiciones del mercado.
En todo caso, aun quienes se muestran optimistas con respecto a la "Sociedad de la Información", admiten que la brecha digital es uno de los principales obstáculos en este modelo de desarrollo. A grandes rasgos, este fenómeno se refiere a todos aquellos sectores, que permanecen por muy diversas razones, al margen de los beneficios y ventajas asociados a las TIC.
Las sociedades de la información surgen con el uso e innovaciones intensivas de las tecnologías de la información y las comunicaciones, donde el incremento en la transferencia de información, modificó en muchos sentidos la forma en que se desarrollan muchas actividades en la sociedad moderna. Sin embargo, la información no es lo mismo que el conocimiento, ya que la información es efectivamente un instrumento del conocimiento, pero no es el conocimiento en sí, el conocimiento obedece a aquellos elementos que pueden ser comprendidos por cualquier mente humana razonable, mientras que la información son aquellos elementos que a la fecha obedecen principalmente a intereses comerciales, retrasando lo que para muchos en un futuro será la sociedad del conocimiento.
Cabe destacar que la sociedad del conocimiento no es algo que exista actualmente, es más bien un ideal o una etapa evolutiva hacia la que se dirige la humanidad, una etapa posterior a la actual era de la información, y hacia la que se llegará por medio de las oportunidades que representan los medios y la humanización de las sociedades actuales, mientras la información sólo siga siendo una masa de datos indiferenciados (hasta que todos los habitantes del mundo no gocen de una igualdad de oportunidades en el ámbito de la educación para tratar la información disponible con discernimiento y espíritu crítico, analizarla, seleccionar sus distintos elementos e incorporar los que estimen más interesantes a una base de conocimientos), entonces seguiremos estando en una sociedad de la información, y no habremos evolucionado hacia lo que serán las sociedades del conocimiento.
Nos encontramos en tiempos de constantes transformaciones sociales, culturales, económicas y científico-técnicas, donde las tecnologías de la información y la comunicación están vinculándose cada vez más en la vida de las personas, convirtiéndose en una necesidad de primer orden y creando una nueva dependencia que debe afrontar el hombre. Dicha situación, está acelerando notoriamente el paso de la sociedad de la información hacia la sociedad del conocimiento, en la cual el rol del saber será mucho más complejo, al articularse ciertos factores que hasta ahora están inconexos. Así, la información, por sí sola, perderá el valor que actualmente posee, y sólo cobrará importancia si se la vincula apropiadamente con otros datos y se la contextualiza, adoptando la cualidad de conocimiento. De esta forma, se producirá un natural avance y una modificación de los paradigmas y modelos existentes referidos a la comunicación.
Teniendo en cuenta lo dicho en el párrafo anterior, y analizando la realidad del mundo en el que vivimos, podemos arribar a la conclusión de que esta sociedad de la información es sólo una instancia previa o una plataforma de otra sociedad más evolucionada: la del conocimiento, a la cual nos dirigimos. Antes de llegar a ella, deberemos pasar por la sociedad de la comunicación, que es la transición entre ambas. A simple vista y semánticamente, parece que los tres estadíos fueran iguales; sin embargo, presentan diferencias significativas en cuanto al papel que desempeñan la comunicación, la información y el conocimiento, siendo en la primera fase un rol de mera presencia y no tanta articulación con los otros ámbitos de la vida humana, y llegando a convertirse en la última fase en mecanismos estrechamente vinculados entre sí y con el desarrollo de la humanidad. Tal es así, que muchos autores tienden a hablar de la futura sociedad de la comunicación como la "era de la inteligencia interconectada", donde se tejerán sólidos lazos entre las tecnologías y las personas en pos del desarrollo social.
Aunque la sociedad de la información parece ir de la mano de la prosperidad, también presenta un costado altamente negativo, del cual he hablado en entradas anteriores, y creo que se debe prestar principal atención, por los peligros que supone. Por más que algunos indicadores parezcan marcar que esta sociedad sigue el camino acertado, apoyado por las nuevas tecnologías y el avance de la ciencia, en el marco de la globalización económica y cultural que signa el presente, no debemos olvidar que más de la mitad de los habitantes del mundo queda excluida de este sistema, siendo marginada por completo de los procesos productivos. Por otro lado, los que sí gozan de la ventaja de estar incluidos, también tienen que afrontar una vasta serie de obstáculos y peligros para pasar a la sociedad del conocimiento.
Tal es así, que uno de los desafíos más importantes y urgentes es solventar las desigualdades socioeconómicas, tanto entre países como entre comunidades, sectores sociales e individuos en particular. Hay que tener en cuenta que todo proceso de cambio parte del hombre, el cual lleva la idea a la acción; si cada uno de nosotros no se involucra en tratar de transformar la realidad para bien de la humanidad, de nada sirven todos los adelantos tecnológicos que nos ha dado el progreso de la ciencia y la técnica en esta era informática: pues las nuevas tecnologías no deben ser un instrumento del poder para la dominación de las masas, sino una herramienta para solucionar las brechas que dividen al mundo rico del pobre y un medio para sobrepasar los obstáculos que traban el desarrollo humano. De lo contrario, viviremos en una sociedad de la desinformación, y terminaremos arribando, como último estadío, a la sociedad de la ignorancia.
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Distintos autores han ofrecido un análisis sobre las características más significativas de esta sociedad de la información, del conocimiento, del aprendizaje, en red, o tercer entorno; veamos un análisis de sus características más significativas:
Globalización de las actividades económicas.
Incremento del consumo y producción masiva de los bienes de consumo.
Sustitución de los sistemas de producción mecánicos, por otros de carácter electrónico y automático.
Modificación de las relaciones de producción, tanto social como desde una posición técnica.
Flexibilización del trabajo e inestabilidad laboral.
Aparición de nuevos sectores laborales, como el dedicado a la información.
Girar en torno a los medios de comunicación y más concretamente alrededor de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, como híbrido resultante de la informática y la telemática. Y como consecuencia de la misma la potenciación de la creación de una infraestructura tecnológica.
Establecimiento de principios de calidad y la búsqueda de una rentabilidad inmediata tanto en los productos como en los resultados, alcanzando las propuestas a todos los niveles: cultural, económico, político y social.
Como se comentó, una de las características significativas de esta sociedad es la de girar en torno a las tecnologías de la información y comunicación, y de ahí precisamente radica uno de sus problemas derivados de la velocidad con que están desarrollándose y transformándose. Vivimos en un mundo donde las tecnologías de la información, nada más que nacer fallecen, y su vida media disminuye progresivamente. Piénsese solamente la transformación que está recibiendo la informática como elemento básico de impulso, junto con las redes telemáticas, de esta nueva sociedad.
Desde la perspectiva de la economía globalizada contemporánea, la sociedad de la información concede a las TIC, el poder de convertirse en los nuevos motores de desarrollo y progreso. Si en la segunda mitad del siglo XX los procesos de industrialización fabriles marcaron la pauta en el desarrollo económico de las sociedades occidentales que operaban bajo una economía de mercado, a principios del siglo XXI, se habla más bien de las “industrias sin chimenea”; es decir, el sector de los servicios, y de manera especial, las industrias de la informática.
Muchos críticos han señalado que la llamada "Sociedad de la Información" no es sino una versión actualizada del imperialismo cultural ejercido desde los países ricos hacia los pobres, especialmente porque se favorecen esquemas de dependencia tecnológica.
Quienes están a favor de la "Sociedad de la Información" sostienen que la incorporación de las TIC en todos los procesos productivos, ciertamente facilitan la inserción a los mercados globales, donde la intensa competencia obliga a reducir costos y a ajustarse de manera casi inmediata a las cambiantes condiciones del mercado.
En todo caso, aun quienes se muestran optimistas con respecto a la "Sociedad de la Información", admiten que la brecha digital es uno de los principales obstáculos en este modelo de desarrollo. A grandes rasgos, este fenómeno se refiere a todos aquellos sectores, que permanecen por muy diversas razones, al margen de los beneficios y ventajas asociados a las TIC.
Las sociedades de la información surgen con el uso e innovaciones intensivas de las tecnologías de la información y las comunicaciones, donde el incremento en la transferencia de información, modificó en muchos sentidos la forma en que se desarrollan muchas actividades en la sociedad moderna. Sin embargo, la información no es lo mismo que el conocimiento, ya que la información es efectivamente un instrumento del conocimiento, pero no es el conocimiento en sí, el conocimiento obedece a aquellos elementos que pueden ser comprendidos por cualquier mente humana razonable, mientras que la información son aquellos elementos que a la fecha obedecen principalmente a intereses comerciales, retrasando lo que para muchos en un futuro será la sociedad del conocimiento.
Cabe destacar que la sociedad del conocimiento no es algo que exista actualmente, es más bien un ideal o una etapa evolutiva hacia la que se dirige la humanidad, una etapa posterior a la actual era de la información, y hacia la que se llegará por medio de las oportunidades que representan los medios y la humanización de las sociedades actuales, mientras la información sólo siga siendo una masa de datos indiferenciados (hasta que todos los habitantes del mundo no gocen de una igualdad de oportunidades en el ámbito de la educación para tratar la información disponible con discernimiento y espíritu crítico, analizarla, seleccionar sus distintos elementos e incorporar los que estimen más interesantes a una base de conocimientos), entonces seguiremos estando en una sociedad de la información, y no habremos evolucionado hacia lo que serán las sociedades del conocimiento.
Nos encontramos en tiempos de constantes transformaciones sociales, culturales, económicas y científico-técnicas, donde las tecnologías de la información y la comunicación están vinculándose cada vez más en la vida de las personas, convirtiéndose en una necesidad de primer orden y creando una nueva dependencia que debe afrontar el hombre. Dicha situación, está acelerando notoriamente el paso de la sociedad de la información hacia la sociedad del conocimiento, en la cual el rol del saber será mucho más complejo, al articularse ciertos factores que hasta ahora están inconexos. Así, la información, por sí sola, perderá el valor que actualmente posee, y sólo cobrará importancia si se la vincula apropiadamente con otros datos y se la contextualiza, adoptando la cualidad de conocimiento. De esta forma, se producirá un natural avance y una modificación de los paradigmas y modelos existentes referidos a la comunicación.
Teniendo en cuenta lo dicho en el párrafo anterior, y analizando la realidad del mundo en el que vivimos, podemos arribar a la conclusión de que esta sociedad de la información es sólo una instancia previa o una plataforma de otra sociedad más evolucionada: la del conocimiento, a la cual nos dirigimos. Antes de llegar a ella, deberemos pasar por la sociedad de la comunicación, que es la transición entre ambas. A simple vista y semánticamente, parece que los tres estadíos fueran iguales; sin embargo, presentan diferencias significativas en cuanto al papel que desempeñan la comunicación, la información y el conocimiento, siendo en la primera fase un rol de mera presencia y no tanta articulación con los otros ámbitos de la vida humana, y llegando a convertirse en la última fase en mecanismos estrechamente vinculados entre sí y con el desarrollo de la humanidad. Tal es así, que muchos autores tienden a hablar de la futura sociedad de la comunicación como la "era de la inteligencia interconectada", donde se tejerán sólidos lazos entre las tecnologías y las personas en pos del desarrollo social.
Aunque la sociedad de la información parece ir de la mano de la prosperidad, también presenta un costado altamente negativo, del cual he hablado en entradas anteriores, y creo que se debe prestar principal atención, por los peligros que supone. Por más que algunos indicadores parezcan marcar que esta sociedad sigue el camino acertado, apoyado por las nuevas tecnologías y el avance de la ciencia, en el marco de la globalización económica y cultural que signa el presente, no debemos olvidar que más de la mitad de los habitantes del mundo queda excluida de este sistema, siendo marginada por completo de los procesos productivos. Por otro lado, los que sí gozan de la ventaja de estar incluidos, también tienen que afrontar una vasta serie de obstáculos y peligros para pasar a la sociedad del conocimiento.
Tal es así, que uno de los desafíos más importantes y urgentes es solventar las desigualdades socioeconómicas, tanto entre países como entre comunidades, sectores sociales e individuos en particular. Hay que tener en cuenta que todo proceso de cambio parte del hombre, el cual lleva la idea a la acción; si cada uno de nosotros no se involucra en tratar de transformar la realidad para bien de la humanidad, de nada sirven todos los adelantos tecnológicos que nos ha dado el progreso de la ciencia y la técnica en esta era informática: pues las nuevas tecnologías no deben ser un instrumento del poder para la dominación de las masas, sino una herramienta para solucionar las brechas que dividen al mundo rico del pobre y un medio para sobrepasar los obstáculos que traban el desarrollo humano. De lo contrario, viviremos en una sociedad de la desinformación, y terminaremos arribando, como último estadío, a la sociedad de la ignorancia.
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El viejo mundo: sociedad de simios
Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando uno subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban a palos. Pasado algún tiempo, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que éste hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo en la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos, sustituido. Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño con agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas. Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: “No sé, las cosas siempre se han hecho así, aquí…” ¿Te suena conocido? ¿Por qué estamos golpeando? ¿Por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si a lo mejor las podemos hacer de otra? ¿Por qué hacemos “monadas”?
La capacidad de inventar algo nuevo, de relacionar algo conocido de forma innovadora o de apartarse de los esquemas de pensamiento y de conducta habituales. La originalidad nos hace considerar las cosas o relaciones bajo un nuevo ángulo. La flexibilizadnos hace utilizar de forma inusual pero razonable los objetos. La sensibilidad nos hace detectar problemas o relaciones hasta entonces ignoradas. La fluidez no aparta de los esquemas mentales rígidos. El inconformismo nos permite desarrollar ideas razonables en contra de la corriente social.
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La capacidad de inventar algo nuevo, de relacionar algo conocido de forma innovadora o de apartarse de los esquemas de pensamiento y de conducta habituales. La originalidad nos hace considerar las cosas o relaciones bajo un nuevo ángulo. La flexibilizadnos hace utilizar de forma inusual pero razonable los objetos. La sensibilidad nos hace detectar problemas o relaciones hasta entonces ignoradas. La fluidez no aparta de los esquemas mentales rígidos. El inconformismo nos permite desarrollar ideas razonables en contra de la corriente social.
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Aplimática Mundo: Artículos de interés
Esta sección nos permitirá entender mejor sobre el papel de la TI en las organizaciones, y el factor fundamental que juega en el desarrollo y progreso de una sociedad.
Nos ayudará a refelxionar sobre lo que hacemos hoy, y lo que podemos hacer en un futuro. El mundo que hoy vivimos, es un mundo globalizado y cambiante a la vez. La Administración Pública, las empresas privadas, las organizaciones no gubernamentales y organizaciones civiles, y los ciudadanos, esperan de una solución para afrontar este nuevo reto de desarrollo y progreso.
Vea también:
Aplimática Mundo: El proyecto de Aplimática
http://aplimatica.blogspot.com/2008/04/aplimtica-mundo-el-proyecto-de.html
Contenido:
El viejo mundo: sociedad de simios
http://aplimatica.blogspot.com/2008/04/el-viejo-mundo-sociedad-de-simios.html
El nuevo mundo: sociedad moderna
http://aplimatica.blogspot.com/2008/04/el-nuevo-mundo-sociedad-moderna.html
El mundo de la informaciçon: la razón de ser de la TI en las organizaciones
http://aplimatica.blogspot.com/2008/04/el-mundo-de-la-informacion-la-razn-de.html
El mundo competitivo: la TI y los procesos
http://aplimatica.blogspot.com/2008/04/el-mundo-competitivo-la-ti-y-los.html
Nos ayudará a refelxionar sobre lo que hacemos hoy, y lo que podemos hacer en un futuro. El mundo que hoy vivimos, es un mundo globalizado y cambiante a la vez. La Administración Pública, las empresas privadas, las organizaciones no gubernamentales y organizaciones civiles, y los ciudadanos, esperan de una solución para afrontar este nuevo reto de desarrollo y progreso.
Vea también:
Aplimática Mundo: El proyecto de Aplimática
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Contenido:
El viejo mundo: sociedad de simios
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El nuevo mundo: sociedad moderna
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El mundo de la informaciçon: la razón de ser de la TI en las organizaciones
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El mundo competitivo: la TI y los procesos
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La estrategia de distribución para el proyecto
La estrategia de distribución, tanto para los productos terminados como para los servicios de post-venta, se realizará tercerizando esos procesos. Se firmarán alianzas con diversos canales de distribución, y alianzas con empresas productoras de software para brindar el soporte y mantenimiento de los productos de sistemas.
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La estrategia de promoción para el proyecto
La estrategia de promoción que se implementará para este proyecto, con los objetivos de dar a conocer nuestros productos de sistemas, será básica y únicamente mediante exposiciones (EXPO). Estas EXPO estarán compuestas por eventos y talleres. Los eventos se utilizarán para presentar nuestros productos, realizar foros, promover debates. Los talleres estarán destinados a la capacitación y demostraciones de nuestros productos de sistemas.
La organización de las EXPO, se basarán según el sector o de los interesados de los productos de sistemas a promocionar.
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La organización de las EXPO, se basarán según el sector o de los interesados de los productos de sistemas a promocionar.
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